
Arrancados de sus familias: cómo las redadas están destrozando el mundo inmigrante de Chicago

María estaba vendiendo tamales en su carrito de comidas en el West Side de Chicago cuando, de pronto, fue metida en una camioneta, contó su hijo a la AFP. Ella es la más reciente víctima de una agresiva campaña del presidente Donald Trump contra los inmigrantes.
La familia de María tuvo que recoger y retirar el carrito, los contenedores de comida y una sombrilla, antes de iniciar una búsqueda frenética de esta madre mexicana de siete hijos que ha vivido en Estados Unidos durante dos décadas sin documentos.
La mañana del sábado, 24 horas después de su arresto, su familia aún no sabía "nada" sobre su situación de parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la agencia federal a cargo de agresivas redadas, esta vez en la tercera ciudad más grande del país.
"Podrían ser días, podrían ser meses, podrían ser años, o puede que nunca la volvamos a ver", dijo sobre su madre Eduardo Santoyo, de 22 años.
La detención de María a plena luz del día, que testigos difundieron en videos en línea, encaja en un patrón reciente: agentes irrumpen sin previo aviso, se llevan a un residente desprevenido y se van, dejando a los familiares en pánico por la suerte de sus seres queridos.
"¿Qué le vamos a decir a mi hermana?", se preguntó Santoyo, refiriéndose a la hija más pequeña de su madre, que solo tiene seis años. La angustia se marcó en los rostros del hijo de María y de otra de sus hijas, de 16 años, mientras se disponían a seguir las ventas con el carrito de tamales en el mismo lugar donde su madre fue detenida.
Esta semana hubo decenas de detenciones de inmigrantes en Chicago, muchas de las cuales solo se conocieron cuando testigos publicaron videos de los arrestos en redes sociales.
Las alertas sobre redadas aparecen a menudo en línea mientras grupos activistas advierten a los residentes sobre operativos en vecindarios con alta población latina como Cicero, Little Village y Pilsen.
Los migrantes habrían sido detenidos en sectores de construcción del área de Chicago, cerca de un edificio universitario, a lo largo de centros comerciales y afuera de escuelas.
Una productora local de televisión, con ciudadanía estadounidense, fue arrestada por agentes federales durante operaciones de control migratorio en el North Side de Chicago, según informó su empleador WGN. Más tarde fue puesta en libertad.
Agentes federales también abordaron a conductores de servicios de transporte en un operativo el viernes en el Aeropuerto Internacional O'Hare, lo que resultó en 12 arrestos, según informes locales.
El sábado, un tribunal de apelaciones decidió que cientos de efectivos de la Guardia Nacional enviados a Chicago por el presidente Donald Trump pueden permanecer en Illinois, pero no desplegarse.
Esta decisión confirma la suspensión de una corte inferior a la movilización de tropas como parte de la campaña de deportación masiva de inmigrantes irregulares de su gobierno.
- "Podría ser cualquiera" -
En las últimas semanas, mientras que manifestantes fueron golpeados, dispersados con gases lacrimógenos y arrestados frente a una instalación de ICE en el barrio de Broadview, los disturbios contra la política antimigratoria en el resto de la ciudad han sido esporádicos.
Pero el impacto de las redadas ha sido escalofriante.
"Puede que no veas una redada, pero esto está afectando a nuestra comunidad", dijo Casey Caballero, de 37 años, una madre de Lombard casada con un ciudadano estadounidense naturalizado.
Caballero y otros acusan a los agentes migratorios de actuar de forma discriminatoria en función de un perfil racial.
Santoyo tiene ciudadanía estadounidense, pero expresó rabia y miedo de que su estatus importe poco si los agentes están haciendo lo que él sospecha: apuntar a las personas por el color de su piel y el idioma que hablan.
"Eso es racismo", dijo. "Si vienen tras de mí, tengo papeles, pero ¿cómo lo sabrían?".
Otra vendedora de tamales en la calle, no lejos del carrito de María, dijo que había oído de su detención.
"Podría ser cualquiera" el que caiga en las redadas, dijo a la AFP.
Nae Campbell, un viejo cliente, recordó cómo María, una "buena mujer", podía encontrarse vendiendo durante todo el año, ya fuera bajo un calor abrasador o en el famoso frío de Chicago.
En cuanto a las redadas, Campbell las calificó como "el gesto más (...) inhumano que jamás haya visto".
"La gente se ha arraigado aquí, ahora tienen familias aquí" y los agentes federales "básicamente los arrancaron de su vida. Es una locura", dijo este trabajador hospitalario de 32 años.
Pero Campbell, quien cruzó la ciudad en auto para conseguir los productos de María, dijo que tenía fe en que la familia tendría apoyo. "La comunidad definitivamente se unirá alrededor de ellos".
D.Sunwoo--SG