
Eduardo Bolsonaro, agente "provocador" en el centro del duelo EEUU-Brasil

Forjado en la política por su padre, el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, Eduardo Bolsonaro abraza abiertamente desde Estados Unidos su papel de instigador de la arremetida arancelaria de Donald Trump contra Brasil.
El mandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva lo ha acusado de "traicionar" a los brasileños.
Pero este diputado federal de 41 años dice que actúa para derribar la "tiranía" del juez de la corte suprema Alexandre de Moraes, a cargo de un juicio contra el ex jefe de Estado (2019-2022) por un presunto intento de golpe de Estado.
Dispuesto a todo para salvar a su padre de una eventual condena, el tercer hijo del clan Bolsonaro se licenció de su cargo como diputado y se radicó desde marzo en Estados Unidos, donde apela al gobierno de Trump para presionar a las autoridades brasileñas.
En suelo estadounidense, el "03" -como lo apoda su padre- hace campaña ante la Casa Blanca junto a Paulo Figueiredo, nieto del último general presidente de Brasil durante la dictadura militar que acabó en 1985.
Su operación de lobby rindió frutos: bajo el argumento de que Jair Bolsonaro es víctima de una "caza de brujas", Trump impuso el 30 de julio aranceles punitivos de 50% a gran parte de las exportaciones brasileñas. Las tarifas entran en vigor este miércoles 6 de agosto.
Pero lo que Eduardo Bolsonaro -que no respondió a los pedidos de entrevista de la AFP- celebró como un "marco histórico" fueron las sanciones financieras impuestas ese mismo día por el Departamento del Tesoro estadounidense contra Moraes.
Esas medidas no impidieron sin embargo que el influyente juez ordenara el 4 de agosto la prisión domiciliaria del expresidente. "Psicópata descontrolado", reaccionó Eduardo Bolsonaro.
- "Provocador" -
El diputado ya está bajo investigación por presuntamente buscar presionar a Moraes y otros jueces.
Usuario intenso de las redes sociales, Eduardo Bolsonaro ametralla contra cualquier esfuerzo de negociación comercial con Trump.
Receta un único remedio: la aprobación por el Congreso brasileño de una amnistía que, según sus detractores, libraría del cerco judicial a su padre, ya inelegible hasta 2030.
"Es 100% victoria o 100% derrota", dijo a CNN Brasil.
Un exasesor técnico del gobierno de Bolsonaro define al diputado como una persona "provocadora" que "dice lo que quiere sin necesariamente tener mucho conocimiento sobre los temas".
"Lo que le importa es llamar la atención, hacer ruido, incluso si eso perjudica relaciones importantes para Brasil", dice a la AFP bajo anonimato.
Pero muchos de sus seguidores en redes sociales ven en él un "héroe".
Ni siquiera aliados de peso de su padre, como el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, considerado un fuerte candidato conservador para las elecciones de 2026, se salvan de sus regaños y amenazas.
- "Seguir" al padre -
Diestro al hablar y de porte atlético -1,87 metros, cabello rapado-, Eduardo llegó temprano a la política, al igual que sus hermanos Flávio, senador, y Carlos y Jair Renan, concejales municipales.
Instado por su padre, este abogado entró a la Cámara Baja con 30 años, en 2015. Se reeligió en 2018 con más de 1,8 millones de votos en Sao Paulo, récord para un diputado federal.
Ya ese año mostró un tono desafiante ante los jueces cuando dijo que "bastarían un soldado y un cabo para cerrar" la corte suprema.
En el Congreso prometió "seguir el ritmo" de las políticas del expresidente y abrazó el discurso anticomunista, la afición a las armas y el negacionismo climático del "gurú" del bolsonarismo, el sulfuroso filósofo Olavo de Carvalho, ya fallecido.
Jair Bolsonaro consideró designarlo embajador en Washington: elogió su "experiencia internacional" y recordó que su hijo preparó hamburguesas durante un intercambio en Maine, en el noreste de Estados Unidos.
La ofensiva estadounidense contra Brasil refleja los buenos lazos de Eduardo Bolsonaro con el mundo trumpista, y más allá, con la extrema derecha internacional.
En marzo del año pasado cenó con Trump en su resort de Mar-a-Lago en Florida, a donde volvió durante la noche de la victoria electoral del magnate republicano.
Casado y padre de dos niños pequeños, el diputado Bolsonaro dice estar "listo" para disputar las presidenciales el próximo año, si su padre le confía la "misión".
Una carrera de obstáculos, según el politólogo Leandro Gabiati, de la consultora Dominium: la estrategia "heterodoxa" del hijo de Bolsonaro le generó "un desgaste importante" con "el sector empresarial y dentro de la propia derecha".
Además, dice el experto a la AFP, "todo indica que sería arrestado" si decidiera volver a Brasil.
F.Cheon--SG