
Exiliados nicaragüenses claman justicia en el funeral de un militar asesinado

Al grito de "justicia", los restos del mayor retirado del ejército de Nicaragua Roberto Samcam, un fuerte crítico del gobierno de Daniel Ortega asesinado el jueves en Costa Rica, fueron sepultados este domingo en un cementerio de la capital San José.
Samcam, de 66 años, fue asesinado de ocho balazos por sicarios que irrumpieron en su casa en Moravia, en el noreste de la capital costarricense, donde estaba exiliado desde 2018.
El ataúd, llevado a un cementerio de San José, estaba cubierto con la bandera de Nicaragua y de España, que le concedió la nacionalidad cuando en 2023 el gobierno de Ortega lo despojó de la de su país, como hizo con cientos de opositores.
"Agradecemos profundamente a las autoridades de Costa Rica y al Departamento de Estado de los Estados Unidos por su pronta condena del asesinato de nuestro padre y por su disposición a colaborar con las autoridades costarricenses para alcanzar justicia" e identificar a "los responsables materiales" e "intelectuales", expresó Gabriel Samcam, uno de los hijos del militar.
Un día antes del crimen, en una entrevista, Samcam "advirtió que células de inteligencia del gobierno de Nicaragua operan en tierras costarricenses con la meta de vigilar y atentar contra refugiados políticos", recordó su hijo, quien señaló que los restos de su padre permanecerán en Costa Rica "hasta que Nicaragua vuelva a ser República".
El defensor de derechos humanos nicaragüense Gonzalo Carrión, exiliado en Costa Rica, dijo que "el centro de esa orden (de asesinato) está en Nicaragua" y el gobierno de Costa Rica "debe asumir la gravedad" del crimen con una investigación.
Más de 70 nicaragüenses exiliados, entre ellos intelectuales, periodistas y activistas políticos y de derechos humanos, demandaron el viernes protección internacional tras el asesinato de Samcam.
Diversas organizaciones, incluida Naciones Unidas, expresaron su preocupación por el asesinato, y demandaron protección para los exiliados y refugiados, y una exhaustiva investigación.
Ortega, exguerrillero de 79 años en el poder desde 2007 y que gobernó Nicaragua también en la década de 1980, es acusado por sus críticos y organismos humanitarios de instaurar una "dictadura familiar" junto a su esposa Rosario Murillo, quien este domingo cumple 74 años, nombrada copresidenta en febrero por una reforma constitucional.
K.Han--SG