España se pregunta: ¿Dónde estaba el presidente de Valencia el día de las inundaciones?
Un año después de las inundaciones que causaron 229 muertos en los alrededores de Valencia, todo el mundo sigue preguntándose qué hizo aquel día el presidente de esta región del este de España, Carlos Mazón, que ha ido cambiando de versión y se aferra al cargo.
Entre las 14H45 y las 19H45 de este fatídico 29 de octubre de 2024, este dirigente de ahora 51 años del Partido Popular (PP) estuvo alejado de todo lo que tenía que ver con la catástrofe, pese a que Valencia estaba bajo alerta roja por lluvias desde primeras horas del día.
En el fondo de la polémica subyace la pregunta de si la ausencia de Mazón retrasó el envío de una alerta a los celulares de la población, que llegó finalmente a las 20H11, cuando habían fallecido ya muchas de las víctimas.
"Si realmente Mazón hubiera estado donde debería de estar, la alarma hubiera llegado a tiempo", dijo el martes la diputada de izquierdas Agueda Micó.
"Ni apagué el móvil, ni estaba incomunicado, ni estaba con falta de cobertura, ni estaba desinteresado, ni estaba perdido", se defendió Mazón en una de las pocas entrevistas concedidas desde la tragedia, al diario local Las Provincias.
Si cuando Mazón abandonó sus deberes oficiales para irse a almorzar no había noticias de víctimas, al volver ya había "muchos muertos" - le dijo un colaborador cuando llegó a la sede del Gobierno, según el diario Levante.
- Cuatro horas de almuerzo -
Mazón volvió al trabajo a las 19h45 y se incorporó a la reunión del comité de emergencias hacia las 20H30.
Este abogado que hizo sus pinitos como cantante melódico ocultó primero que pasó cuatro de las cinco horas de su ausencia almorzando en un restaurante con una periodista para, según dijo, ofrecerle un cargo.
Antes, había dicho que comió con un representante de los empresarios valencianos, pero este salió rápidamente a negarlo.
Queda saber que pasó en esa hora restante, la última de su ausencia, la hora crítica, de titubeos a la hora de lanzar el aviso - "enviad la alerta de una puta vez", imploró un alto cargo presente en el comité de emergencias.
La mujer con la que comió, Maribel Vilaplana, rompió su silencio en septiembre y explicó que salieron del restaurante "entre las 18H30 y las 18H45".
Pero el mismo entorno de Vilaplana reveló algo nuevo sobre lo que Mazón mintió: después de abandonar el restaurante, él no se fue a su despacho, sino que acompañó a la periodista a buscar su coche, en dirección contraria a la sede del Gobierno.
Queda prácticamente completado el puzzle de su ausencia, salvo 37 minutos: los transcurridos entre las 18H57 y las 19H34 horas, tras acompañar a la periodista al parking, en los que ni hizo ni recibió llamadas, según el listado que él entregó a una comisión parlamentaria.
Es más, a las 19H36 rechazó una llamada de su consejera de emergencias, Salomé Pradas, según el listado que ella entregó a la justicia.
- ¿Por qué sigue? -
Al grito de "¡Mazón, dimisión!", miles de personas se manifiestan cada mes en Valencia, y el 75% de los valencianos quieren que dimita, según un sondeo difundido el lunes por los diarios ABC y Las Provincias.
Los familiares de las víctimas pidieron que no asistiera al funeral de Estado que tendrá lugar este miércoles en Valencia, pero finalmente decidió acudir.
Como presidente regional, Mazón es aforado y solo puede ser investigado o juzgado por tribunales superiores, no por el juzgado ordinario que instruye la causa, posible motivo por el que no está imputado.
En cambio, la jueza sí ha imputado a Pradas, la que era consejera de emergencias.
A falta de dos años para las próximas elecciones regionales, se aferra al cargo y el Partido Popular (PP) y su líder, Alberto Núñez Feijóo, evitan hablar de él.
Pese a ello, Paloma Román Marugán, doctora en Ciencias Políticas y directora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Complutense de Madrid, estima que el PP está en "un laberinto" que se hubiera evitado "con una dimisión rápida que no se produjo".
B.Lee--SG